Sucede entonces,
esa sensación de intensa calma cuando las sonámbulas mariposas tiñen mis otoños...
Llueve entonces en todas las grutas tu silencio autista...
Oteando el paisaje brumoso
y todos sus ecos...
Atrapada en este espacio,
de donde asciendo a lo innombrable
desde mi ventana rota
donde te espero escampada ahogando la mirada
en una inmensa nada.
En ese anden de tantas ausencias,
donde los espacios se pudren
como el humus,
perdiéndose en la soberanía de los ensueños.
Tengo una pena muy honda
que me nace entre los huesos
y una soledad que calla demasiado...
en el recuerdo que me habita,
que se pierde, en el limite de un sueño irrepetible,
en la indetenible rueda de otro tiempo gris
cuando los grillos tocan su quebradiza melodía.
Doris Melo Mendoza...
2013
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